martes, 27 de julio de 2010

RENUNCIA.


Magdiel Aspillaga.

Siempre el 1 de septiembre, y después los demás: el 1 de octubre, el 1 de noviembre, el 1 de diciembre, el 1 de enero, el 1 de febrero, el 1 de marzo, el 1 de abril, el 1 de mayo, el 1 de junio, el 1 de Julio, el 1 de agosto, todos sin parar tirados de golpe sobre mi cara, sin ningún tipo de descanso, como un chorro de alguna sustancia que no logro conocer, pesados en espacio, tiempo, contenido y forma. Por eso un día me agote demasiado y entre a un “Club de Stripper" y me enamore de una mujer bella que bailaba desnuda, ella vino se sentó a mi lado, me dejo tomar de su boca, me recordaba a alguien de otra vida, entonces entro Henry Miller y me golpeo tirandome contra el piso y tumbándole a la mujer la lata de Redbull que saboreaba.

–Así es como tratas de huir, así es como lo haces, todo el dolor me pertenece, dale echando, tumba, vete- me dijo.

Esto me sonaba a Kafka –Renuncia- recorde, pero me era imposible renunciar.

En algún lugar había leído que Bukowski fue golpeado por Ernest Heminway (esto me tranquilizaba) pero esto creo era parte de la propia fabulación y fantasía de Bukowski, Heminway nunca supo quien fue Bukowski, digo eso creo, tampoco es que este muy seguro, tengo la sensación de no haber estado seguro de nada durante toda mi vida, en fin, me levante. Henry Miller se sentó en mi lugar y ahora era el quien bebía Redbull con cerveza caliente de los labios de la mujer que trataba de cubrirse entre bocanadas de lengua su profunda y descuidada desnudez. Me senté junto a ambos, Henry Miller dejo de realizar su actividad y me miro mucho más desafiante.
– ¿Y ahora que?- Volvió a decirme. Aquello parecía la secuencia de un filme dirigido por un hombre viejo.

La mujer se levanto y se subió sobre la mesa ante los ojos de los dos y de pronto por un extraño fenómeno de combustión y física su cuerpo se prendió en agresivas y bellas llamas. Ella reía mientras ascendía al cielo del techo del lugar en ágiles cenizas.
Henry Miller la miraba y lloraba, se le había escapado entre manos y labios, solamente basto un abrazo para que se le esfumara prendida al éter mundano del lugar, mientras el suave sabor del Redbull se le desaparecía de la boca, ultimo rastro de un posible amor.

Después todo fue mas tranquilo. Henry Miller se levanto más viejo que como se había sentado y alegre porque tenía la muerte cercana. A mi me dieron ganas como de llorar pero aguante, no quería pasar pena, pero mi garganta y mi estomago se contraían de dolor… por ella, por Henry Miller, por el fuego y por los últimos días de cada mes.

DOS POEMAS DE ALEJANDRA PIZARNIK



"A LA ESPERA DE LA OSCURIDAD"

Ese instante que no se olvida
Tan vacío devuelto por las sombras
Tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
Desnudo desnudo de sangre de alas
Sin ojos para recordar angustias de antaño
Sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
A tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
Humedecen las únicas palabras
Por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
Acurrucado en la cueva del destino
Sin manos para decir nunca
Sin manos para regalar mariposas
A los niños muertos.



"LA ULTIMA INOCENCIA"

Partir
en cuerpo y alma
partir.

Partir
deshacerse de las miradas
piedras opresoras
que duermen en la garganta.

He de partir
no más inercia bajo el sol
no más sangre anonadada
no más fila para morir.

He de partir

Pero arremete ¡viajera!

domingo, 25 de julio de 2010

REQUIEM EN BETA. FRAGMENTO.


Magdiel Aspillaga.

Ahora Josue esta dormido, tu sientes desde un cuarto vecino una canción de Soundgarden, casi ni se oye, debe ser de un radio o algo así, Fell on Black days, sientes que todos tus días han sido bastante negros, no hay otro color, negros y rosados como la gama que desprenden el club de stripper, el sex-shop o este sucio motel recortados en la noche junto a la carretera.
A cada rato el paso de un camión alumbra el interior de la habitación, pero Josue no parece inmutarse, esta cansado, han sido demasiadas eyaculaciones para una sola noche. Tú no puedes pegar ojo, siempre te ha costado dormir y te acuerdas de Katherine Mansfiel porque tu eras otra antes de provocar erecciones, tu leías y eras de las mas aventajadas en la escuela y escribías poemas y te gustaba la música clásica y el grunge por eso te recuerda algo lindo Soundgarden.

-Hace rato soy yo la que debía haber saltado por todo lo insatisfecha que me siento, tengo que saltar por alguna ventana.

Pero no tienes valor para eso, no lo tienes, al contrario temes todo el tiempo a la muerte.

Y en California no te juntaste con las personas mas adecuadas que te querían a su lado porque tu culito y tus pezones les provocaban erecciones y te pagaban y conociste la coca y la heroína y terminaste en la calle acostándote con cualquiera por algunos dólares, mil veces dormiste en la cárcel porque en California la prostitucion esta prohibida pero en Nevada no y te fuiste a las Vegas y allí también seguiste con el alcohol, la cocaína o lo que fuera y provocando erecciones a todo aquel que te pagara. De Nevada saltaste a otro estado con el ultimo dinero ganado en tu ultima actuación, dos mil dólares que llevas celosamente guardados en su bolso, de ahí sacas todos los billetes que tiras sobre cada mujer de cada club de striper de Oeste a Este de este país, porque en algún momento en California descubriste que te gustaban las mujeres y que las mujeres eran mas suaves que los hombres que no te penetraban y que si te penetraban era con algún dildo o juguete que podía ser controlado y que besar a una mujer era como besarte a ti misma, definitivamente te gustan las mujeres y por eso les pagas un baile y que te bailen, porque Katherine, definitivamente has asumido el bautizo de tu madre de que eres una puta. Ahora deambulas por todos los Estados Unidos, sola imperceptible, semifamosa para ti misma, hurgando con cuidado en un sex-shop hasta dar con tu actuación, con tu cara sonriente en la carátula de un DVD de rosada y de negro de luto y de sexo, de alcohol y trasnoche, con tu vagina aun húmeda, con el aire y tu mama por la ventana.

Te levantas de la cama, leías de niña, es un hábito que no has perdido y llevas en tu bolso también un libro cualquiera, el último que tuviste a mano, lees y te gusta pero lo que mas te gusta es que te llamas igual a la Mansfield, Katherine Mansfield. Josue duerme, te asomas por la ventana y miras algunos camiones que se pierden en la autopista hacia ningún lugar, quisieras conocer tanto mundo, ese que conoces solo por los libros, con los libros se viaja pero no con la mente la mente no puede viajar la mente esta aferrada a lo que eres y perteneces y si no te desprendes de eso por mucho que leas y que trates no vas a ir a ninguna parte, y lo sabes Katherine. Tus problemas de identidad, si es que tuviste, parecieron resolverse de momento y de pronto eras Jill Kelly y le besabas el sexo a cuanta mujer te lo mostraba y fuiste filmada haciéndolo y trataste de tener orgasmos verdaderos, venidas verdaderas, de arrancarte el alma a ti misma y lo lograste alguna vez, no siempre, cuando tu pareja en el set la tenia muy grande entonces no, ahí te era mas difícil ser verídica, recordabas a tu padrastro y te dolía, pero aunque te dolía sonreías y hacías los mismos gemidos que hiciste anoche en el DVD. Eras una pornstar y vivías en California, la California que recorriste por completo de San Diego a San Franciso y Los Angeles… te encanta, con esa bruma que envuelve la ciudad y los aeropuertos y el frío que baja de las nevadas montañas que la rodean. En Los Angeles te partieron el culo muchas veces y te desgarraron la vagina en una ocasión en que amaneciste vomitada y sangrante sin recordar que habías consumido la otra noche, vomitada, violada, vilipendiada, eres la verdadera virgen, un virgen suicida, una virgen contemporánea, una virgen de ahora. Recordabas los grabados de algún libro sobre el renacimiento y era lo mismo: madonnas que deambulaban desnudas ante las lascivas miradas de pajes y clérigos, tu hacías lo mismo, te dejabas penetrar de lanzas que al final echaban el semen en tus ojos y entre tus dientes y aunque no te gusta el semen y su sabor te sonríes al tragártelo o escurrirlo con disimulo por la lengua, sonríes a la cámara en lo que esta se aleja y termina la escena y por cada escena te pagaban bien de 1000 a 2000 dependiendo.

-¿Cual fue tu última escena?

–Aun no lo he decidido, no he decidido cual va a ser la ultima escena. Me falta mucho semen en mi cara, mucho sexo en mi vagina, mucho anal, mucho anal, mucho dildo, mi culito sigue parado como el primer día, y mis pezones al aire amenazantes.

Katherine esta mirando los camiones que pasan como reflectores de una nueva escena no determinada. Esta desnuda junto a una ventana como alguna vez en su vida estuvo, es el mismo dibujo en circunstancias diferentes. ¿Que haces y a donde vas, quien eres y porque miras los carros y recuerdas tantas escenas rodadas? Katherine tiene frío y se acuesta junto a Josue que duerme profundamente entre las sabanas. El televisor quedo encendido, la película termino hace mucho tiempo, solo quedan imágenes borrosas e incomprensibles bailando en gris interferencia con la muerte.

Katherine esta sentada a la orilla de la cama y mira en silencio como Josue duerme profundamente, es de madrugada.

Josue esta sentado a la orilla de la cama y mira en silencio como Katherine duerme profundamente, es de madrugada.

El televisor esta apagado, uno de los dos hubo de apagarlo. Los camiones siguen atravesando la noche y entrando al cuarto con la potente luz de sus bombillos.

Cuando Katherine miraba a Josue dormido pensaba en mil cosas y en contarle su secreto, su vida.

Como era que realmente su madre la bautizo con otro nombre catorce años después de haber nacido.

Cuando Josue miraba a Katherine dormida pensaba en mil cosas y en contarle su secreto, su vida.

Quien era el realmente y que andaba con una granada intercambiada por el teléfono nuevo que le regalo el padre.

Despertaron, fue fuerte la borrachera, debían seguir camino y se preguntaban en silencio si mantendrían la idea mutua de acompañarse en este viaje.

Katherine pensaba – ¿Que yo hago aquí y quien es este tipo realmente?

Josue pensaba – ¿Que yo hago aquí y quien es esta tipa realmente?

Ambos se pensaban mutuamente y tenían ganas de seguir, de que toda la historia no concluyera así de improviso y sin más.

Esa mañana dejaron el hotel, compraron un indescifrable mapa de autopistas y trataron de continuar trazando rutas posibles, desvíos y aventuras. Más clubes exóticos, sex-shops y moteles les faltaban por explorar.

-No tenemos que complicarnos con los mapas, esta carretera nos lleva directo hacia Miami- pensaba ella.

-No tenemos que complicarnos con los mapas, esta carretera nos lleva directo hacia Miami- pensaba el.

Katherine tomaba sin parar, en otra gasolinera compro un six pack de Heineken y lo absorbía sin parar.

-Necesitamos comer algo- pensaron al mismo tiempo y nuevamente cada uno.

Josue fumaba sin parar, en otra gasolinera compro varias cajetillas de Malboro y los absorbía sin parar.

Así continuaron pensando lo mismo en los mismos momentos durante las tres restantes horas, solo interrumpían sus pensamientos cuando estos chocaban en el éter y los dos hablaban a la misma vez lo mismo.

-Oye es que estamos conectados, eso mismo estaba pensando yo- decía el mas fuerte de los dos en ese instante. El otro lo dejaba dócil que hablara hasta un rato mas tarde en que volvían a tocar y entonces el otro se callaba y le cedía el paso, le tocaba su turno.

-Si, estamos como conectados, eso mismo iba a decir yo-

Y el día se les mostraba bello, casi no hablaban, escuchaban música y cambiaban las emisoras todo el tiempo. Ya varias millas adelante Katherine estaba media borracha y Josue con sus pulmones cargados de bastante nicotina.

El manejo lo iban turnando poco a poco. Nunca se durmieron increíblemente.

-Que clase de resistencia tenemos- esta frase también fue al mismo tiempo cada uno.

El viaje creaba sinuosos y delicados gestos en la relación de ambos, la misma gestualidad expresada a través de los cuerpos que sucede cuando dos personas solas en el interior de un auto manejan por una autopista muchas horas.

Alejados un poco de la cuneta y junto al paso constante de millares de vehículos que pasaban a toda velocidad Josue y Katherine hicieron el amor, decidieron tener sexo porque ambos pensaron al mismo tiempo en que seria bueno tener sexo para relajar un poco del tenso y angustioso viaje. Katherine pensó en los labios de Josue, Josue pensó en los labios de Katherine. Ambos respondieron de inmediato a los mismos pensamientos. Recuperaron fuerzas y siguieron viaje entre mutuos deja-vus y silencios prolongados.

© Este fragmento pertenece al libro inédito REQUIEM EN BETA. No puede ser reproducido en ningún otro sitio, salvo con autorización de su autor.

"PARIS BY NIGHT" BY SERGIO GIRAL JR.

viernes, 23 de julio de 2010

LARISA SHEPITKO. ECLIPSE SERIES 11.

M. Aspillaga.

Ahora la Criterion Collection ha sacado un número de su “Eclipse Series”, con dos películas de la realizadora rusa, tristemente fallecida muy joven Larisa Shepitko. Eclipse Series trae a la luz cintas de realizadores olvidados o semidesconocidos para un público mayoritario, sobretodo por tratarse de obras con alto contenido artístico y vanguardista. Esta serie también muestra varios títulos desconocidos de cineastas mas nombrados como son los casos de Akira Kurosawa, Roberto Rosellini, Carlos Saura, y también de otros siempre más “outsiders” como Aki Kaurismaki o el japonés Ozu.

Este Numero 11 que recién adquirí, trae las cintas de la Shepitko: “Wings” (1966) y su obra mas conocida y premiada “Ascensión” de 1977. La primera es un retrato de la Unión Soviética de los años cincuenta, etapa de guerra fría y de recuerdos no muy lejanos de la traumática Segunda Guerra mundial. En la piel de una heroína de la Guerra, una aviadora que se debate entre los recuerdos de su juventud, su condición de “héroe” y la relación compleja con su hija y con la vida actual que lleva, creo que “Wings” es una de las películas que mas ponen al descubierto las aristas de la sociedad soviética de aquella etapa. Fue muy complejo y atrevido mostrar en la pantalla los conflictos entre padres e hijos, conflictos generacionales dentro de una cultura triunfalista como la comunista soviética de entonces. Por primera vez se empezaba a ver en el cine soviético al individuo por encima de la ideología o consigna política. Esta premisa la continua la realizadora en su cinta “Ascensión”, a pesar de que narra un suceso ubicado dentro de la Segunda Guerra mundial, no pudiera decirse que se trata de una típica película de guerra rusa a lo “Realismo socialista”, por el contrario, los escasos personajes desarrollan sus conflictos en un desolado paisaje de nieve y escasez. Dos partisanos soviéticos son atrapados por los nazis y llevados a interrogatorio donde se probara esa división entre héroes y humanos. “Ascension” es un filme sobre la redención, el martirologio y la muerte. La realizadora crea una analogía religiosa con la iconografía Cristiana, con los roles de su filme y con el propio subtexto de la trama. Recicla la temática de la guerra rusa tan llevada y traída por esta cinematografía y le otorga otro carácter, no por gusto esta cinta gusto tanto en occidente llegando a ganar el Oso de oro en la Berlinale de 1977.


Larisa Shepitko fue alumna del importante cineasta Alexander Dozhenko en la VGIK Instituto de Cine de Moscu, lugar donde también estudiaran otros como Tarkovsky o Konchalovsky. Con sus obras la reputación de la bella Larisa fue en aumento, llegando inclusive a ser invitada como parte del jurado del Festival de Cine de Berlín en el año 78. Lamentablemente Larisa Shepitko murió en un trágico accidente de auto durante el rodaje de su filme “Farewell to Matyora” en 1979, cinta que terminaría su esposo el también realizador Elem Klimov. Su vida termino bruscamente en el apogeo de una carrera en “ascenso” y brillantez, demostrándose como uno de los realizadores mas relevantes de Rusia, la entonces Unión Soviética.


CATALOGO DE ECLIPSE SERIES. CRITERION COLLECTION.

miércoles, 21 de julio de 2010

INCEPTION=CREATIVIDAD.


M. Aspillaga

Hace solo unos días encontré en el blog de Sergio Giral, “LA IMAGEN ROTA” acompañado de una breve reseña el trailer de “Inception” el ultimo filme de Christopher Nolan protagonizado por Leonardo DiCaprio. El trailer no solo cumplió su objetivo totalmente, sino que me tuvo en ansias hasta esta noche donde en un deseo incontrolable me dirigí hasta el cine más cercano para verla. Una película como “Inception” se disfruta de cualquier forma pero aseguro que si es una proyección en IMAX mucho mas, toda una producción llena de efectos, acción, durante las dos horas y media que dura el filme no pude moverme del asiento y pudiera atreverme a decir que sino es, esta entre las mejores películas de acción que he visto en mi vida. Ahora no solo se trata de efectos y acción, “Inception” se me mostró como una rara mezcla de estilos, referencias cinematográficas y estéticas visuales, si bien es cierto que se trata de una “película de acción” como la clasificara su propio realizador, muchos de los temas y cuestionamientos de la obra anterior de Christopher Nolan siguen mostrándose en esta ultima. Desde su opera prima “Following” película indie realizada con bajo presupuesto, un drama donde dos personajes se cuestionan la existencia en medio de un alienante entorno, pasando por “Memento”, “Insomnia” o las dos Batmans: “Begins” y “The Dark Knight”, la obra de Nolan se inserta dentro de una tendencia de investigación social o humana donde en lo importante es el individuo y su relación con el entorno que le rodea, “Inception” es para mi su película mas lograda al respecto. Hablaba de influencias y uno se encuentra en “Inception” con el sabor Cyber de filmes como la Matrix o las obras de Philip K. Dick, el Cronenberg de "Videodrome", el Tarkovsky de “Solaris”, el Kubrick de “2001 Odisea del espacio”, la saga de los 007, “Eternal Sunshine of the Spotless Mind” de Michel Gondry, Buñuel, Bergman (“El rostro”, “Persona”), “12 monos” de Terry Gillian, “Abre los ojos” de Amenabar, el Polanski de “Repulsión” y algo de Jodorowski. Una pelicula potsmoderna por encima de cualquier posible comparacion, estilo o referencia.


El protagónico de DiCaprio es espectacular, caracterizacion traida con un aire de desequilibrio y personalidad atormentada, un actor que ha demostrado que realmente es bueno. Filmes como “Shutter island” y ahora “Inception” le otorgan el puesto de ser el protagónico de las dos películas mas importantes realizadas por Hollywood en los últimos tiempos.
En “Inception” Leonardo DiCaprio es un espía que se introduce en los sueños de las victimas elegidas para robarles información, la trama central gira alrededor de su ultima misión, la cual le depara una serie de infrenables peripecias, desarrolladas sobre todo en un mundo imaginario donde la fuerza de las imágenes creadas por Nolan es de gran originalidad.


Que es entonces “Inception”: ¿Ciencia-Ficción, Acción, Thriller, Espionaje, Fantasía, Cine de Arte, Película de acción? Para mí y para todo cinéfilo una gran película donde uno se sumerge total y absolutamente como uno más de sus personajes. Con razón cuando iba saliendo del cine rumbo a mi carro me parecía de pronto, entre la gente y el enorme parqueo del Mall, que aun no había finalizado la película, una prolongación entre la ficción y la realidad que pocas veces he sentido frente a una película. Y es que el director y también guionista ya había declarado que… "lo mejor es que además de hablar de los sueños, también habla de todo proceso creativo"…
La línea que separa los sueños, la fabulación y la irrealidad, de la vida real y tangible es muy fina, según la tesis que nos muestra Nolan, que además de filosofar o no con su cinta, logra entretener y llenar de adrenalina, toda una experiencia que particularmente recomiendo.

PAGINA WEB DE "INCEPTION".

martes, 20 de julio de 2010

Capítulo 55.- Las cortinas rojas.



Por Ana Rosa Valdez

Llegué al edificio donde las llamas brotaban sin reparo. El humo, la sangre de los heridos, el ruido de la gente que corría y sus lágrimas. Había olvidado las llaves de la casa en la oficina. En mi cartera sólo contaba con tres cigarrillos, una bolsita con maquillaje, una agenda y una pluma, el teléfono celular que rara vez sonaba, un tampón y algo de dinero. Una señora me miró y pensó que yo también vivía en el edificio incinerado. Me preguntó cómo estaba, si era posible recuperar algo luego de que las cosas se calmaran. Sonreí. Me gustaba sonreír a medias cuando las personas se interesaban por mí, aunque sea un instante impreciso. Le contesté con premura, y caminé hasta el restaurante más cercano. Esa noche también había dejado mi abrigo en la oficina, y la temperatura bajaba rápidamente, dejándome desprotegida e infeliz.

Pero mi infelicidad era mucho más profunda. Jeannie había retornado a sus antiguos deleites, y yo ahora contaba sólo con mi trabajo en un lugar sencillo y dos amigos que quizás podían sostener mi mano mientras vomitara por los nervios… Jeannie… Una vez más. La maldita puta que me había destrozado sin piedad hacía algunos años!

El tiempo se contrajo profundamente! El humo había hecho posesión de mi fragilidad. Caí en medio del centenar de voces que solicitaban auxilio entre las llamas desbordantes. A partir de ese momento, la noche fue surreal. Brillos incandescentes en las pétreas esquinas. Flujos sanguinolentos como lluvia derramada sobre el asfalto. Quise morder el asfalto. Lamer el asfalto. Engordar con todo el polvo, el humo, la sangre, el sudor de las víctimas, las lágrimas de las víctimas, y estallar y desaparecer… Jeannie lo era todo.

La diva me había abandonado, nuevamente. Repetidamente. Como quien decide lacerar la poca humanidad que resta en el planeta. Como quien dice: “Soy lo suficientemente perfecta para hacer declinar a los otros”. Jeannie… Me ha convertido nuevamente en la Novia oscura y en sombras, impurificada, aturdida, expuesta a las ruinas que disipan su presencia.

El edificio continuó ardiendo en llamas durante toda la noche. Y toda la noche estuve sobre el suelo, dejando que los transeúntes me observaran como una víctima más del desastre. Era al menos un consuelo. Dejar que otros me limpien el rostro, me pregunten “¿cómo estás?” y me acaricien mientras prometen que todo estará bien, que no me preocupe, que las cosas materiales no son importantes. Un bombero se acercó para retirar mi cuerpo de entre los escombros. Creo que me dormí en sus brazos hasta llegar a una banqueta con frazadas. Me preguntó en qué piso vivía, pero no respondí. No había podido ver las cortinas rojas que colgaban del balcón de mi casa… Jeannie había vomitado sobre ellas dos días antes, y se estaban pudriendo en la cocina. Hubiese querido que Jeannie entonces respondiera por mí, y le dijera “Vivía en el quinto piso, desde donde lanzó el cigarrillo que buscan para comenzar la investigación pendiente”.

domingo, 18 de julio de 2010

AFTERALL.


Pornomiseria: Or How Not to Make a Documentary Film.

ESTETICA DE LA VIOLENCIA. GLAUBER ROCHA. 1971.


Evito la introducción informativa que se ha hecho característica en las discusiones sobre América Latina; prefiero definir el problema de las relaciones entre nuestra cultura y la cultura civilizada en términos menos limitativos que los que emplea en su análisis el observador europeo. En realidad, mientras América Latina llora desconsoladamente sobre sus desgarradoras miserias, el observador extranjero no las percibe como un hecho trágico, sino como un elemento formal del campo de su encuesta. En los dos casos, este carácter superficial es fruto de una ilusión que se deriva de la pasión por la verdad (uno de los más extraños mitos terminológicos que se hayan infiltrado en la retórica latina), cuya función es para nosotros la redención, mientras que para el extranjero no tiene más significado que la simple curiosidad, a nuestro entender, nada más que un simple ejercicio dialéctico. De ese modo, ni el latinoamericano comunica su verdadera miseria al hombre civilizado, ni el hombre civilizado comprende verdaderamente la miserable grandeza del latinoamericano.

Fundamentalmente, la situación del arte en Brasil puede sintetizarse de este modo: hasta ahora, una falsa interpretación de la realidad ha provocado una serie de equívocos que no se han limitado al campo artístico, sino que han contaminado sobre todo el campo político.

El observador europeo se interesa por los problemas de la creación artística del mundo subdesarrollado en la medida en que éstos satisfacen su nostalgia por el primitivismo; pero ese primitivismo se presenta bajo una forma híbrida, es heredado del mundo civilizado, y mal comprendido, puesto que ha sido impuesto por el condicionamiento colonialista. América Latina es una colonia; la diferencia entre el colonialismo de ayer y el de hoy reside solamente en las formas más refinadas de los colonizadores actuales. y mientras tanto, otros colonizadores tratan de sustituirlos con formas todavía más sutiles y paternalistas.

El problema internacional de América. Latina no es más que una cuestión del cambio de colonizador; por consiguiente, nuestra liberación está siempre en función de una nueva dominación.

El condicionamiento económico nos ha llevado al raquitismo filosófico, a la impotencia a veces consciente, a veces no: lo que engendra, en el primer caso, la esterilidad, y en el segundo, la histeria. De ello se deriva que nuestro equilibrio, en perspectiva, no puede surgir de un sistema orgánico sino más bien de un esfuerzo titánico, autodestructor, para superar esa impotencia. Sólo en el apogeo de la colonización nos damos cuenta de nuestra frustración.

Si en ese momento, el colonizador nos comprende, no es a causa de la claridad de nuestro diálogo, sino a causa del sentido de lo humano que posee eventualmente. Una vez más el paternalismo es el medio utilizado para comprender un lenguaje de lágrimas y de dolores mudos.

Por eso, el hambre del latinoamericano no es solamente un síntoma alarmante de la pobreza social; es la ausencia de su sociedad. De ese modo podemos definir nuestra cultura de hambre. Ahí reside la práctica originalidad del nuevo cine con relación al cine mundial: nuestra originalidad es nuestra hambre, que es también nuestra-mayor miseria, resentida pero no comprendida.

Sin embargo, nosotros la comprendemos, sabemos que su eliminación no depende de programas técnicamente elaborados, sino de una cultura de hambre que, al mirar las estructuras, las supera cualitativamente y la más auténtica manifestación cultural del hambre es la violencia. La mendicidad, tradición surgida de la piedad redentora y colonialista, ha sido la causa del estancamiento social, de la mistificación política y de la mentira fanfarrona.

El comportamiento normal de un hambriento es la violencia, pero la violencia de un hambriento no es por primitivismo: la estética de la violencia, antes de ser primitiva, es revolucionaria, es el momento en que el colonizador se da cuenta de la existencia del colonizado.

A pesar de todo, esta violencia no está impregnada de odio sino de amor, incluso se trata de un amor brutal como la violencia misma, porque no es un amor de complacencia o de contemplación, sino amor de acción, de transformación.

Ya se han superado los tiempos en que el nuevo cine necesitaba explicarse para poder existir; el nuevo cine necesita hacerse un proceso así mismo para darse a comprender mejor, por lo menos en la medida en que nuestra realidad puede ser comprendida, a la luz de un pensamiento que el hambre no debilite o haga delirante.

Por lo tanto, el nuevo cine no puede sino desarrollarse en las fronteras del proceso económico-cultural del continente. Por eso, en sus verdaderos comienzos, no tiene contactos con el cine mundial, salvo en lo concerniente a sus aspectos técnicos, industriales y artísticos.

Nuestro cine es un cine que se pone en acción en un ambiente político de hambre, y que padece por lo tanto de las debilidades propias de su existencia particular.

sábado, 10 de julio de 2010

SERENDIPITY EN PORTUGALARTE10.


"Serendipity"
co-curated by Juan Delgado Calzadilla,
Elvia Rosa Castro, and Nelson Herrera Ysla

Description
Serendipity is an exhibition of Contemporary Cuban art that emphasizes the limitless approach to art making in the country. Serendipity displays a range of artists’ practices that result from the hybridization born out of colonial history. The exhibition relates to the history of Cuba as a Hispanic colony in the Caribbean, a geographic region where different cultures and ethnicities integrate with one another. Organized under the premise that Cuban artists express no material and cultural prejudices, and instead assimilate every cultural product indiscriminately, the exhibition attempts to chart out a course wherein artistic production in Cuba reflects its dynamic and controversial context. By making use of a deep sense of re-articulation and the appropriation of international artistic languages, Cuban art is capable of becoming a synthesis of local and global concerns. This is particularly poignant, in that international artistic scenes throughout the world are currently undergoing a radical reprisal of the ways in which public dialogue is made manifest in specific contexts.

Artists

Mauricio Abad

Iván Abreu

Juan Carlos Alom

Rewell Altunaga y Nayvis Pérez

Lidize Alvisa

Douglas Argüelles

Alexandre Arrechea

Magdiel Aspillaga

Belkis Ayón

Abel Barreto

Abel Barroso

Jose Bedia

Agustín Bejarano

Yaniesky Bernal

Alejandro Campins

Yoan Capote

Iván Capote

Los Carpinteros

Loidys Carnero

Elizabet Cerviño

Javier Castro

Raúl Cordero

Roberto Diago

Yoel Hugo Díaz

Humberto Díaz

Duvier del Dago

Roberto Fabelo

Antonio Eligio Fernández

Ernesto Javier Fernández

Adonis Flores

Diana Fonseca

José Manuel Fors

José Emilio Fuentes

Aymée García

Rocío García

Flavio Garciandía

Luis Gárciga

Luis Gómez

Jairo Gutiérrez

Inti Hernández

Octavio Irving

Ernesto Leal

Glenda León

Reynier Leyva Novo

Luis Enrique López

Alexis Leyva Machado (Kcho)

Armando Mariño

Ibrahim Miranda

Antonio Margolles

Rigoberto Mena

Manuel Mendive

Carlos Montes de Oca

Orlando Montalbán

Arturo Montoto

Pedro Pablo Oliva

Ernesto Oroza

Marianela Orozco

René Peña

Rodolfo Peraza

Douglas Perez

Gustavo Pérez

Alain Pino

Manuel Piña

Eduardo Ponjuán

Carlos Quintana

Sandra Ramos

Ernesto Rancano

Ángel Ricardo Ríos

René Francisco Rodríguez

René Rodríguez

Santiago Rodríguez Olazábal

Rubén Rodríguez

Fernando Rodríguez

Eduardo Roca (Choco)

Lazaro Saavedra

Alfredo Sosabravo

Esterio Segura

José A. Toirac y Ricardo G. Elías

Ruslán Torres

José Villa

Jorge Wellesley

José Eduardo Yaque

WEB DE PORTUGALARTE10.

jueves, 8 de julio de 2010

L.A Confidential or not.


Por Adelina Massoli.

-Hey Max. A guy gets on the MTA here in L.A and dies. Think anybody will notice?
Collateral. Dir: Michael Mann. 20004.


Me he asomado a la ventana, el enorme cartel de HOLLYWOOD sobre la colina, se pierde entre la bruma y los autos avanzan apresurados de Rodeo Dr a St Monica Blvd, respiro y me gusta esta ciudad, definitivamente. Comienzo a recordar el primer día que llegué Los Angeles.
Había estado trabajando como bailarina nudista en un remoto club de Dakota cuando me llegó una carta enviada por la redacción del semanario juvenil y de entretenimiento de L.A, “The insane Cat”, los mismos habían leído un artículo mío publicado en una revista local que había despertado cierto interés en varios cine-clubs del país, “Inside etnografic”, sobre la influencia de Alain Resnais dentro del cine etnográfico que se encontraban realizando algunas comunidades mahories en aquellos años.
Para sorpresa mía el artículo había sido leído por la redacción de la revista y ahora me escribían invitandome a venir a Los Angeles y colaborar con ellos. No pagaban mucho, en el Club de strippers ganaba más, pero mi afán por el cine y la crítica me hicieron aceptar enseguida. Nunca había visitado Los Angeles y unos deseos enormes se apoderaban de mí.
Salí en un bus solo con mi maleta a cuadros y una gorra de Los Angeles Lakers que me había regalado un antiguo novio cuando vivía en Nueva York. Así después de un largo viaje, llegué cansada a la ciudad del cine, a la nueva Ciudad Luz. Puse mi primer pie en Hollywood Boulevard, exactamente pisaba la estrella que nombraba a Alfred Hitchcock, una excitación me sobrecogió, me sentí mareada y como en un raro trance, así me fui desplazando como flotando por esta conocida calle buscando medio perdida la dirección del local rentado en aquellos años para la redacción del la revista.
En el 2004 se estrenó el filme de Michael Mann “Collateral”. Un asesino a sueldo interpretado por Tom Cruise llega a L.A para realizar un “encargo”. En el aeropuerto le dicen la primera frase con un marcado trasfondo de desafío e ironía – Enjoy L.A-, a partir de ese momento comienza un viaje por un universo onírico, donde la violencia, la realidad, la diversidad cultural de L.A y el cine se dan la mano. Cuando intento hablar de L.A y del impacto de la ciudad sobre mí, viene a mi mente el filme de Mann.
Después de varias peripecias el héroe triunfa sobre el villano y el asesino al final, muere, solitario sentado en el metro, su cabeza cae lentamente, por detrás vemos un amanecer, una luz de nuevo día que sale desde trás un raro árbol, un árbol fantasmal como sacado de un cuadro de Millet. El metro sigue solitario en este extraño amanecer perdiendose entre la bruma de la mañana.
Otro momento de fuerte impacto emotivo en el filme es cuando se detienen frente a unos coyotes que avanzan en la noche por la ciudad. Michael Mann asegura haber incluido esta secuencia dentro del filme ya que algo similar le había sucedido en una ocasión. El héroe y el villano quedan pensando en silencio mientras escuchamos la desgarradora “Shadow of the sun” de Audioslave, el filme parece detener por un momento , la acción, para permitir que crucen la calle los verdaderos y originarios habitantes de la ciudad. Recuerdo que algo asi también me sucedió. Venía con varios amigos en un auto de una fiesta de Gucci desde las Colinas en Hollywood y ya bajando por Melrose un grupo de tres coyotes pasaron frente a nuestros autos como si fueran unos tranquilos transeuntes. Nos detuvimos y como en el filme, nos quedamos en silencio, medio expectantes, mirandolos. Pasaron y nos costó trabajo volver a romper la inercia y seguir viaje. Nunca más me ha vuelto a suceder. Los coyotes son como guardianes que cuidan la ciudad constantemente. En la cultura de los pueblos indios norteamericanos estos animales llevan las almas de los guerreros muertos que protegen a la tribu de peligros.
“Collateral” nos muestra una ciudad testigo y escenario de este drama sobre la existencia, sobre la muerte y sobre el cine. El cine como otra realidad que se entremezcla todo el tiempo con la vida.
Después de un breve tiempo, conocí a un grupo de cineastas radicales que por desgracia el nombre de muchos ha quedado en el olvido y en algún que otro catálogo de biblioteca universitaria. Con ellos realizé trabajos experimentales muy interesantes, Los Angeles es una de las cunas del cine experimental dentro de Los Estados Unidos.
Con todo mi apasionamiento hacia el cine y el nuevo universo que iba conociendo, comprendía cada vez más que Los Angeles estaba rodeado de un misterio un enigma inexplicable producto (digo yo) de esta relación con el cine. La lucha contra la muerte, práctica constante del cine, atrapar la realidad por encima de su fin físico, fenecer. Muy bien ilustra esto las series de filmes de David Lynch alrededor de barrios de Los Angeles, Mulholand Drive es quizás su mejor ejemplo. Un director de cine trata de armar su filme, en medio de la amnesia, el glamour y la decadencia, Mulholand Drive (lugar que a mi particularmente me fascina) se convierte en un sitio fanstasmal, una especie de proscenio donde confluyen el lado de acá y el más allá, una especie de set, un raro set, -no hay banda- todo es parte de un hechizo un espejismo una ilusion mimetica 24 veces repetida, como dijo un reconocido cineasta la vida transcurre entre el primer plano del ojo y el plano general de la tierra.
La vida, el mundo, más allá de la bruma que trata de comerse poco a poco el cartel de
H O L L Y W O O D
Alguien canta y el sol comienza a salir, con lentos rayos de calor.
Rodeo Drive. 25 de abril del 2008.

domingo, 4 de julio de 2010

Demasiado viejos para vivir en el oeste.


Por: Rubens Riol Hernández

Regresa al celuloide el horizonte gastado del desierto, polvo agónico que bien conoce el hedor de la sangre abandonada. Historia de rancios conflictos, que transpiran venganza y muerte bajo el implacable sol de la frontera. “No hay país para viejos” -el más reciente filme de los Hermanos Coen- es el resultado de una adaptación cinematográfica de la novela homónima de Cormac McCarthy (paisaje a medio camino del western y la novela negra), que sondea los rigores de la América profunda y la terrible convivencia de sus irascibles moradores. Todo comienza cuando Llewelyn Moss (Josh Brolin), un veterano de la Guerra de Viet Nam, encuentra una camioneta rodeada de cadáveres, un cargamento de heroína y un maletín con dos millones de dólares (acción detonante), que impulsa una violenta cadena de persecuciones, donde la ley -representada por el sheriff Bell (Tommy Lee Jones)- es como siempre la última en llegar al lugar de los hechos, burlada además, por Anton Chigurh (Javier Bardem), un desalmado psicópata que mata por placer, a todo el que se atraviesa en su camino.
Desde el propio título del filme se advierte la naturaleza excluyente del relato, que reflexiona acerca de la impotencia y la torpeza de los hombres cuando frisan la tercera edad. Al decir de Oscar Wilde: “el drama de la vejez no consiste en ser viejo, sino en haber sido joven” Y es precisamente ese tono pesimista y nostálgico, el que insufla a la cinta la voz en off del sheriff, quien inicia la narración y la concluye, mientras esboza -en una gran digresión- la estructura circular de una historia, que él mismo protagoniza a manera de narrador autodiegético. Este personaje, incapacitado de seguirle el rastro a la delincuencia de nuevo tipo, encarna la idea de un mundo ordenado, que se desmorona frente a la extrema violencia. Por lo que asiste, irremediablemente -en el ocaso de su carrera- a su incompetencia y frustración, una verdadera derrota que lo convierte en antihéroe. Correcta interpretación de Tommy Lee Jones, que borda con sabiduría dolorosa el papel del alguacil decadente, en su eterna añoranza por el pasado.
Uno de los mayores aciertos del filme es el concienzudo diseño de sus personajes centrales, respaldado por un excelente reparto de actores, que encuentra el tono justo para encarnar -con verdad sobrecogedora- sus respectivos roles. Josh Brolin, quien interpreta el papel de Moss, vive animado por la codicia, antes y después del hallazgo. Obsesión que lo lleva a huir durante toda la película, sacrificando la paz de su familia y poniendo en riesgo su propia vida. Al tomar el dinero, escoge caprichosamente el camino que lo conducirá hacia la muerte, quizás excitado por la idea de librar su última batalla, sin percatarse de que el tiempo ha pasado y ya no es aquel soldado impetuoso y ágil. Por lo que, a la altura de sus años se convierte, en una presa fácil para su cruel oponente (un Javier Bardem), intenso en el papel de Anton Chigurh. Asesino despiadado y lacónico con un sentido del humor que da más miedo que risa), al tiempo que logra, con la solemnidad de su figura y su carácter impasible, igualar a una suerte de “destripador manso”, (mezcla brutal de ternura, simpatía y maldad), con todos los puntos para pasar a la historia del cine como un villano antológico.
En este contexto frío y apático, los personajes mencionados componen un tríptico de una misma personalidad desgastada, a punto de apagarse en el entorno monótono y demacrado, que reconoce su propia insuficiencia. Lo que convierte a la nueva obra de los Coen en un western contemporáneo, donde la estética polvorienta no es más que un pretexto para desmitificar al género, aunque en la cinta, el desierto juega un papel importante; pues sirve de homenaje a aquellos filmes de vaqueros, que tuvieron por escenario el suelo estéril que el viento levanta a su antojo.
La película es en todos los sentidos muy coherente, pues manipula y aprovecha cada uno de los elementos que intervienen en la construcción del discurso fílmico, en pos de reforzar la idea del pesimismo y la angustia existenciales -además de la violencia, por supuesto- que atraviesan la cinta y en especial, a cada uno de sus personajes. Las evidencias que nos permiten demostrar semejante afirmación las podemos encontrar por ejemplo: en el diseño de buena parte de los ambientes antes referidos (parajes inmensos y desolados escogidos cuidadosamente), pero sobre todo, en lo que al contexto urbano se refiere, resulta importante el peso de las sombras en la fotografía, en las escenas de enfrentamiento en la calle y en el interior de las posadas, donde se oculta Moss de su enemigo y donde se ve saltar -más de una vez- por los aires una cerradura impulsada por un disparo de aire comprimido. A esto se une, la ausencia de música en la banda sonora y el empleo constante, en su lugar, de los prolongados ratos de silencio y sonidos ambientales, que incrementan la tensión, dando paso a escenas un tanto predecibles, pero igualmente escalofriantes.
El guión es bastante lineal, si tenemos en cuenta el orden cronológico de los acontecimientos, cuya progresión dramática no deja de ser cautivante, aunque se diluya un poco en las casi dos horas de duración del largometraje, el cual parece a ratos de un ritmo pausado, casi contemplativo que se revela como un prodigio de elegancia expositiva y trabajo de cámara, sirviéndose de un montaje impecable. Un aspecto interesante además de la brevedad de los diálogos, donde la palabra y el subtexto cobran una fuerza protagónica, es el empleo formidable de la elipsis, que sugiere una simplificación de la historia, dejando fuera de la narración algunos fragmentos, que impiden conocer el pasado de los personajes y sus motivaciones. Lugar propicio para la intriga y el misterio que rondan a cada una de sus acciones. Los Coen nos trasladan a un universo pletórico de miedos e inquietudes, y por eso se apoyan en una cuidada selección de planos donde priman los picados y contrapicados. “No es país para viejos” ostenta una factura visual intachable y una interesante narrativa, secundadas por la inquietante mezcla del sentido del humor y violencia, que anuncia el inconfundible estilo de los Coen. Esta es una cinta tremenda, no apta para todos los gustos y sensibilidades, que se incorpora a la lista interminable de los mejores filmes de todos los tiempos como un paradigma del nuevo cine americano. No por gusto, obtuvo varias nominaciones y premios en la pasada edición de los Oscar, lo que confirma las sospechas de que se trata de una película seria, abocada desde un inicio a la desesperanza, cuyos protagonistas son acaso, ¿demasiado viejos para vivir en el oeste?
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