Yo la veo muy alta aunque cuando la tuve cerca después de tanto
tiempo comprendí que no era exactamente así, le gusta el deporte y el buen
cine, podría ser sacada de una película mía con la única y gran diferencia que
le propone demasiado amor a la vida. Cuando apareció venía envuelta en la
imagen de mucho tiempo, una imagen llena de gente por el medio, del novio que
era alguien cercano, de algunos rodajes y de muchas cosas incoherentes por
momentos de mi parte, era la misma, tenía el mismo color, el mismo largo de las
piernas, el mismo timbre de voz y el rostro de estrella de cine al que algunos
encasillan parecido con una famosa actriz de Hollywood mientras yo pienso que
me recuerda a Daniela Silveiro, eso no se lo digo, lo guardo mientras la veo
caminar como llevándose todo a su alrededor como ocupando demasiado los
espacios y cuando mira todo adolece yo incluido. Ella siempre estuvo allí pero
yo no la había notado. Tiré par de puertas, camine en círculos por diversas
habitaciones hasta regresar sobre mis pasos y por casualidad a su sombra que
hace otro uso horario sobre mí.
Quiero filmarla pero ella no se deja, dice que respeta demasiado
a la cámara para eso, deambula la playa semidesnuda cubierta solo con mi camisa
mientras zigzaguea sobre la orilla avanzando como una musa triste en el plano
final de alguna película italiana de postguerra, tiene frío, los dientes le
tiemblan, tiene dos dientes largos y grandes y cuando chocan uno contra el otro
todo se estremece y yo me agarro de una piedra mientras la sigo mirando, cuando
te besa te deja sin aliento porque tiene un poco de la bruja de Blancanieves
mezclado con todas esas reinas que son de las que realmente yo me enamoraba
cuando era niño, sobretodo la reina de las nieves que yo miraba una y otra vez
en la historia contada en rollitos en el proyector, todas eran nórdicas mujeres
altas y frías que al final se desmantelaban con su trono volviéndose agua, río
o simplemente luz con el último fotograma en el centelleo del proyector vacío.
Mientras ella bailaba yo interpretaba una versión lejana de Hunter Thompson
tratándome de tomar todo el Jagermeifter y la cerveza en un solo momento. Después
se hizo silencio, todo se detuvo en Éboli junto a ella debajo de un sol de neón
y exactamente al lado de donde le dispararon a Versace, la sangre y el salitre
son la perfecta combinación para el asedio. Te paras en un puente tratas de
lanzarte pero comprendes comprendo que no tienes aún el suficiente talento para
hacerlo, la sacas de la cabeza y te sacas a ti mismo y todos tus actos
anteriores, después comes te bañas y tratas de huirle al sueño, quedarme
dormido es morirme.
Anoche fue diferente, seguí caminando este texto como un mal
diario, como una prolongación de actos interminables que un día empezaron
cuando me la presentaron en el Vedado, anoche ella lloró un poco cuando
hablamos de temas que pensamos eran profundos y me miró tranquila como diciéndose
cosas trascendentales a si misma y para mi…. Me acuerdo que nos hacíamos llorar,
hermano en aquel juego.... hoy recuerdo a mi hermano siempre digo que es una
mezcla entre Luis Miguel y Michael Pitt , mi hermano y yo jugábamos los mismos
juegos de escondernos y un día se perdió y yo lloraba mucho pegado a un contén
mientras mi madre gritaba asustada por las calles. De pronto mi hermano salió sonriente de casa de un vecino, no había escuchado los gritos.
Vuelves a mirar medio seria pero a la vez alegre en un close-up
imperfecto, a veces me paso de tonto cursi y planeo atarme de tu mano por
Brickell mientras un hombre arrastra una nube de gatos y me grita. -Ey amigo la
vida es linda y yo soy un viejo y a los viejos nadie los quiere- y yo soy el
viejo mirándome a mi mismo atado por momentos de tu mano y de tu boca joven y
feliz con la aparente felicidad efímera de estos días de finales de era.
Ella parece alta aunque no es tanto así realmente, sus ID
antiguos la hacen parecer como diferentes mujeres en otras circunstancias, le
gusta Park Chan wook, no come carne, tiene los dientes largos (ya lo dije),
parece británica nórdica y no se peina, es bonita pero cuando se pone triste me
desbarata, trato de agarrarla por pedazos y decirle cosas que siguen repitiendo
mi torpeza, se me riega entre las manos su agua su sangre y su sal que sale sin
dolor de su costado.
Saltó del carro a caballito y subió las escaleras muy segura
como un dibujo animado soviético. como algo que pertenece a otra cosa, a la
parte misteriosa de un personal sueño, se disolvió por la esquina del plano
mientras se hacía parte de la indolente escenografía de la noche.