sábado, 27 de marzo de 2010
It’s the time of the season for loving 1.
Por Marla Donaldo.
“Una historia de amor…”. Así catalogó Thomas Vinterberg a su última producción cinematográfica, cuyo guionista resulta ser nada más y nada menos que Lars Von Trier, considerado el mejor director de cine danés en la actualidad. Ambos se lanzan a la aventura de revivir el manifiesto Dogma 95 en Dear Wendy, una peculiar historia de amor que asume la particularidad de centrarse en la relación de un muchacho –outsider social- y su arma –Wendy.
Ambos realizadores han fusionado en el cine la experimentación audiovisual –desde el propio manifiesto, y en otras soluciones más arriesgadas como Dogville y Manderlay de Lars- y la crítica social, subvirtiendo valores morales desde la ironía de sus propios basamentos. Si recordamos, en 1998 Vinterberg presentó Festen, donde ejercía una fuerte crítica a la sociedad burguesa clásica; y Lars, en los filmes citados de su trilogía América: Tierra de Oportunidades, explicitaba un criticismo agudo y satírico abordando el tema de la democracia, pilar fundamental de la moral y la política norteamericana. Pero en esta ocasión, la crítica se dirigirá hacia la explosión de la violencia como característica de las sociedades actuales -en sus diversas vertientes: invasiones bélicas, guerras civiles, adolescentes homi-suicidas…
El argumento de Dear Wendy se basa en la historia de un sujeto automarginado de la sociedad donde vive. La acción se desarrolla en Estherslope, un pueblo de mineros casi desolado -que escenográficamente recuerda el Oeste americano de los westerns-, donde la dignidad social de un hombre se logra a través de su trabajo como minero. Dick, el protagonista, no acepta este principio implantado socialmente, y prefiere un empleo menos forzado, más acorde con su débil naturaleza. Al aparecer Wendy, el sentido de su vida cambia cuando se consolida una relación (metafóricamente sexual) entre ambos. La relación con ella permitirá su realización personal y la reivindicación social del perdedor que siempre había sido.
Pero a pesar de que Wendy actúe como un personaje más dentro de la historia, no es un sujeto como tal. Wendy es el nombre que Dick le da al arma que encuentra y acoge como compañera. Mas su condición de cosa no impide que su relación con él vaya más allá de la simple pertenencia objetual. El arma es entonces humanizada, confiriéndosele atributos privativos del ser humano: emociones, sentimientos, personalidad.
Progresivamente se observa que el sujeto sólo es en posesión del arma, quien se presenta como su alterego objetualizado. El arma entonces viene a consustanciar cualidades que su personalidad desea disfrutar: valentía, seguridad, estabilidad… En este punto radica la verdadera esencia del conflicto. Su conversión -del margen social al protagonismo como cowboy posmoderno- connota una ideología surgida de una visión aparentemente perturbada de lo bélico, pero que en realidad resulta una crítica ante la naturaleza misma de lo bélico, sus orígenes, causas y manifestaciones.
Implícitamente la relación de Dick y Wendy se manifiesta sexual y romántica -ya que el arma asume género femenino. Pero la posesión, en un inicio puramente objetual, se extenderá emocionalmente a una especie de eros platónico.
Alrededor de ambos aparecen los “Dandies”, concepción grupal de unidad, donde cada integrante posee rasgos especiales que lo distinguen y caracterizan. Liderados por Dick, los miembros (también sujetos autoexcluidos de la dinámica social preponderante) conformarán un equipo de “pacifistas armados”, que vivirán la aventura de saberse excluidos pero superiores, también gracias a la posesión de un arma como complemento.
Wendy, BadSteel, Lee, Grant, Lyndon y Woman2. Cada uno será miembro de los Dandies, tanto desde su coseidad material como desde su cualidad emotiva atribuida.
A pesar del peso significativo del arma como símbolo bélico, la violencia no entra dentro del manifiesto Dandi, que obliga a sus integrantes a mantenerlas lejos de su propia naturaleza criminal. “El Templo” es el único lugar donde pueden utilizarse, en un estado casi virginal de inocencia. En este sitio tendrán lugar las reuniones, el aprendizaje teórico y la práctica de tiro, creándose una atmósfera de cultivación del cuerpo y el espíritu del sujeto.
En la marginalidad de la marginalidad –un perdedor en Estherslope- cada dandi erige su propia personalidad sobre el supuesto de que la posesión de un arma “te hace ser lo que realmente eres”. Construyen su universo sobre esta idea, la defienden y mueren por su causa, ya que no tiene objeto seguir siendo un perdedor.
Pero no todo será exitoso dentro de esta concepción sobre la dignidad del ser como pacifista armado. La penetración del dispositivo detonador del conflicto se encarnará en el otro racial del sujeto protagónico (fenotípicamente occidental). Sebastián, nieto de Clarabelle, la criada negra que cuidaba de Dick, encarnará el personaje antagónico. El giro dramático se situará en la posesión –metafóricamente sexual- que Sebastian hará de Wendy. El universo casi perfecto que Dick había construido alrededor de ella se derrumba por trozos. El acto de traición marcará nuevas decepciones, que perfilarán en el protagonista un rechazo, no nuevo, al intruso.
La alteración del orden provocado por aquel otro racial, y la concepción misma del sujeto portador de un arma pero pacifista -algo como “utilizo el arma con fines no bélicos”- alude explícitamente una crítica a la política armamentista de Estados Unidos, centro hegemónico del poder mundial. La aparente ingenuidad de unos niños jugando a ser cowboys en un Oeste ficticio -Estherslope es un pueblo desolado donde las fachadas de la plaza central lucen como fachadas de un western- metaforiza, y no inocentemente, la sociedad norteamericana actual: el refente del oeste, símbolo de la americanidad anglosajona, todo el explote de violencia que ha surgido en el seno de esta sociedad en los últimos años, la xenofobia producto de una campaña de satanización de otro cultural (afgano, iraquí…), etc.
“Sin dudas se trata de una historia de amor. Pero no del amor de un hombre hacia una mujer, sino del hombre hacia las armas…”3.
Wendy metaforiza de esta manera un híbrido entre el belicismo crudo -las últimas secuencias del filme no pudieron ser más violentas- y el amor idealista de la tradición occidental -que simbólicamente se manifiesta en la carta, en la rosa, en la música romántica, los celos de Dick…
El narratage proporciona cierta emoción romántica al ofrecer una perspectiva subjetivista de los hechos. La voz que acompaña la narración proviene de los pensamientos del protagonista al redactar la carta de despedida para su amada. La narración entonces no resulta lineal, sino que se traslada a diferentes momentos de la historia; pero se mantiene la progresividad dramática, lo cual no incide en el tratamiento del discurso.
Time of the Season4 , canción que acompaña el relato, se erige como concepto bisémico al aludir tanto a la relación de amor entre Dick y Wendy (los Zombies son reencontrados por él al iniciar su romance con el arma), como a la inversión de significado del verbo amar, que en jerga dandi significa “matar”. La bipolaridad entre ambos conceptos y su confluencia en un mismo sujeto, una misma historia y un mismo discurso, obliga a la reflexión sobre la proximidad entre uno y otro, implícita en el desarrollo psicosocial del ser. El dualismo pacifismo-violencia también manifiesta esta idea sobre la convergencia en un mismo sujeto o subgrupo social de ambas tendencias, sin llegar a existir una preferencia evidente por ninguna.
Incluso puede llegarse a una interpretación más perversa, donde esta ambivalencia entre las dos nociones implícitamente aluda a la indiferenciación que el sujeto posmoderno hace de la cuestión de lo bélico, dotándolo de propiedades asociadas a lo que es correctamente permisible. La temática del amor disfrazaría la concepción de lo bélico en la coexistencia contradictoria de ambos extremos.
El filme culmina con una excelente versión de la típica historia de amor trágica, donde la romántica muerte del protagonista metaforiza el retorno al orden de las cosas. La exaltación de la muerte a manos tanto del personaje antagónico, Sebastián, como de Wendy, la “amada”, viene a connotar ese regreso al equilibrio, pero desde una glorificación del propio sujeto perturbado. Dick muere como deseaba morir, y entiende la sentencia de lo ineludible.
1. Nombre de la canción de los Zombies que será el tema central de la película.
2. Nombres de las armas de los Dandies.
3 . Palabras del director, Thomas Vinterberg sobre “Dear Wendy”.
4 . Nombre de una canción de Zombies.
lunes, 22 de marzo de 2010
Estética del Sueño Glauber Rocha.
En el Seminario del Tercer Mundo realizado en Génova, Italia, 1965, presenté acerca del Cinema Nava brasileño A estética da ¡ame (La estética del hambre).
Esta comunicación situaba al artista del Tercer Mundo delante de las potencias colonizadoras: solamente una estética de la violencia podría integrar un significado revolucionario en nuestras luchas de liberación.
Dada que nuestra pobreza era comprendida pero jamás sentida por los observadores coloniales. 1968 fue el año de las rebeliones de la juventud.
El Mayo francés ocurrió en el momento en que estudiantes e intelectuales brasileños manifestaban en Brasil su protesta contra el régimen militar de 1964.
Terra em transe, 1966, un manifiesto práctico de la estética del hambre, sufrió en Brasil críticas intolerantes de la derecha y de los grupos sectarios de la izquierda.
Entre la represión interna y la repercusión internacional aprendí la mejor lección: el artista d.ebe mantener su libertad delante de cualquier circunstancia.
Solamente así estaremos libres de un tipo muy original de empobrecimiento: la oficialización que los países subdesarrollados acostumbran a hacer de sus mejores artistas.
Este Congreso en Columbia es otra oportunidad que tengo para desarrollar algunas ideas respecto a Arte y Revolución. El tema de la pobreza está ligado a eso.
Las ciencias sociales informan estadísticas y permiten inter pretaciones sobre la pobreza.
Las conclusiones de los relatorios de los sistemas capitalistas ven al hombre pobre como un objeto que debe ser alimentado. y en los países socialistas observamos la permanente polémica entre los profetas de la revolución total y los burócratas que tratan el hombre como objeto a ser masificado. La mayoría de los profetas de la revolución total está compuesta por artistas. Son personas que tienen una aproximación más sensitiva y menos intelectual con las masas pobres. .
Arte revolucionaria fue la palabra de orden en el Tercer Mundo en los años 60 y continuará siendo en esta década. Creo, todavía, que la mudanza de muchas condiciones políticas y mentales exige un desarrollo continuo de los conceptos de arte revolucionario.
Primarísimos muchas veces se confunden con los manifies tos ideológicos. El peor enemigo del arte revolucionario es su mediocridad. Delante de la evolución sutil de los conceptos reformistas de la ideología revolucionaria imperialista, el artista debe ofrecer respuestas revolucionarias capaces de no aceptar, en ninguna hipótesis, las evasivas propuestas. Y, lo que es más difícil, exige una precisa identificación de lo que es arte revolu cionario útil al activismo político, de lo que es arte revoluciona rio lanzado en la apertura de nuevas discusiones, de lo que es arte revolucionario por la izquierda e instrumentada por la derecha. En el primer caso yo cito, como hombre de cine, el film de Fernando Ezequiel Solanas, argentino, La hora de los hornos. Es un típico panfleto de informaciones, agitación y polémica, utilizado actualmente en varias partes del mundo por activistas políticos.
En el segundo caso tengo algunos films del Cinema Novo brasileño entre los ‘cuales están mis propios films, y por último la obra de Jorge Luis Borges. Esta clasificación revela las contradicciones de un arte expresando su propio caso contemporáneo. Una obra de arte revolucionaria debería no sólo actuar de modo inmediatamente político como tam bién promover la especulación filosófica, creando una estética del eterno movimiento humano rumbo a su integración cósmica.
La existencia discontínua de este arte revolucionario en el Tercer Mundo se debe fundamentalmente a las represiones del racionalismo.
Los sistemas culturales actuante s, de derecha y de izquierda, están presos de una razón conservadora.
El fracaso de las izquierdas en Brasil es resultado de este vicio colonizador. La derecha piensa según la razón del orden y del desarrollo. La tecnología es el ideal mediocre de un poder que no tiene obra ideológica sino el dominio del hombre por el consumo. Las respuestas de la izquierda, ejemplificaron otra vez en Brasil, fueron patemalistas en relación con el tema central de los conflictos políticos: las masas pobres. El pueblo es el mito de la burguesía.
La razón del pueblo se convierte en la razón de la burguesía sobre el pueblo.
Las variaciones ideológicas de esta razón patemalista se identifican en monótonos ciclos de protesta y represión. La razón de izquierda se revela heredada de la razón revolucio naria burguesa europea. La colonización, en tal nivel, imposibi lita una ideología revolucionaria integral que tendría en el arte su expresión mayor, porque solamente el arte puede aproximarse al hombre en la profundidad que el sueño de esta comprensión pueda permitir.
La ruptura con los racionalismos colonizadores es la única salida. Las vanguardias del pensamiento no pueden más darse al suceso inútil de responder a la razón opresiva con la razón revolucionaria. La revolución es la anti razón que comunica las tensiones y rebeliones del más irracional de todos los fenómenos que es la pobreza. Ninguna estadística puede informar la dimen sión de la pobreza.
La pobreza es la carga autodestructiva máxima de cada hom bre y repercute psíquicamente de tal forma que este pobre se convierte en un animal de dos cabezas: una es fatalista y sumisa, a la razón que lo explota como esclavo. La otra, en la medida en que el pobre no puede explicar el absurdo de su propia pobreza, es naturalmente mística.
La razón dominadora califica el misticismo de irracionalismo y lo reprime a bala. Para ella todo lo que es irracional debe ser des truido, sea la mística religiosa, sea la mística política.
La revolución, como posesión del hombre que lanza su vida rumbo a una idea, es el más alto ánimo del misticismo. Las revoluciones fracasan cuando esta posesión no es total, cuando el hombre rebelde no se libera completamente de la razón represiva, cuando los dignos de la lucha no se producen a un nivel de emo ción estimulante y reveladora, cuando, todavía accionado por la razón burguesa, método e ideología se confunden a tal punto que paralizan las transacciones de la lucha.
En la medida, en que la desrazón planea las revoluciones, la razón planea la represión.
Las revoluciones se hacen en la imprevisibilidad de la práctica histórica que es la cábala del encuentro de las fuerzas irracionales de las masas pobres. La toma política del poder no implica el éxito revolucionario. Hay que tocar, por la comunión, el punto vital de la pobreza que es su misticismo. Este misticismo es el único lenguaje que trasciende al esquema
nacional de opresión. La revolución es una magia porque es un imprevisto dentro de la razón dominadora. A lo máximo debe ser una imposibilidad de compresión por la razón dominadora de tal forma que ella misma se niegue y se devore ante su imposibilidad de comprender.
El irracionalismo liberador es la más fuerte arma del revo lucionario. Y la liberación en los encuentros de la violencia provocada por el sistema, significa siempre negar la violencia en nombre de una comunidad fundada por el sentido del amor ilimitado entre los hombres. Este amor nada tiene que ver con el humanismo tradicional, símbolo de la buena cons ciencia dominadora.
La raíces indias y negras del pueblo latinoamericano deben ser comprendidas como, única fuerza desarrollada de este con tinente. Nuestras clases media y burguesa son caricaturas decadentes de las sociedades colonizadoras.
La cultura popular no es 10 que se llama técnicamente de folclore, sino el lenguaje popular de permanente rebelión histórica.
El encuentro de los revolucionarios desligados de la razón burguesa con las estructuras más significativas de esta cultu ra popular será la primera configuración de un nuevo signo revolucionario.
El sueño es el único derecho que no se puede prohibir. La estética del hambre era la medida de mi comprensión nacional de la pobreza en 1965. Hoy me niego a hablar de cual quier estética. La plena vivencia no puede sujetarse a concep tos filosóficos. El arte revolucionario debe ser una magia capaz de embrujar al hombre a tal punto que él no soporte más vivir en esta realidad absurda.
Borges, superando esta realidad, escribió las más liberadoras irrealidades de nuestro tiempo. Su estética es del sueño. Para mí es una iluminación espiritual que contribuye a dilatar mi sensi bilidad afroindia en la dirección de los mitos originales de mi raza. Esta raza, pobre y aparentemente sin destino, elabora en la mística su momento de libertad.
Los dioses afroindios negaron la mística colonizadora del catolicismo que es brujería de la represión y de la redención de los ricos.
No justifico ni explico mi sueño, porque él nace de una intimidad cada vez mayor con el tema de mis films, sentido natural de mi vida.
(Columbia University, New York, enero de 1971)
jueves, 18 de marzo de 2010
Capítulo 4. "Estela".
Ana Rosa Valdez.
Tras las cortinas cubiertas de polvo del antiguo teatro donde funcionaba la compañía, se hallaba Estela, con su traje imperial de cortesana a medio tiempo -encajes de burdel costoso, terciopelo que había desdeñado incluso de la oscuridad de la noche. Estela se acostaba habitualmente con uno de los actores. Pero aquella tarde, el sol había penetrado extensamente sobre su piel, y el actor se disculpó al verla molesta; dijo que tanto sudor era brevemente incómodo, que mejor esperaba a la función del martes. Además, debía estar temprano en casa.
Estela recurrió a su práctica acostumbrada. Se retorció entre las cortinas con polvo como si entre los pliegues fuese a descubrir algún éxtasis remoto -trémula devoción por las glorias que sucumbían. Estela me recordaba a la joven sordomuda de Babel, desnuda frente a la ciudad palpitante. Ajena a todo; paradójicamente ajena e impelida por el deseo de ser consumida, al igual que las otras actrices maduras de la compañía. Estela, a pesar de su rostro de mujer acostumbrada a los destellos de la fama, era muy joven. "Joven e inexperta", dije para mis adentros cuando la vi retorcerse entre las cortinas con polvo y remiendos.
Me acerqué sin imitar el aire despreocupado de quien esconde peligrosas intenciones. Miré sus ojos abiertos y sollozantes bajo las luces fluorescentes, y ella me miró fijamente. Conocía muy bien mis atributos, a pesar del traje masculino que me envolvía cuando no había ensayo. Tomé su mano y sentí sus dedos húmedos y pegajosos... los lamí con voraz dedicación... Su escote majestuoso se desbordaba ya bajo mis manos, cuando sentí un golpe suave y continuo entre mis piernas. Me besó apasionadamente, tristemente, buscando otra boca en mi boca, otros besos que probablemente el martes tendría. Entonces la abandoné. Me pidió de forma generosa, casi implorante, que siguiera propiciándole caricias. Esta vez su boca buscó la mía, pero era tarde.
El auto me esperaba al doblar de la esquina, mi esposo había ido a comprar los ingredientes para la receta gourmet que tanto me había prometido. Bajé los escalones del teatro con la humedad de Estela aún entre los dedos. Mi esposo me esperaba al doblar de la esquina, pero Estela corrió presurosa a encontrarnos, nos miró de forma insistente, y fervorosa. Y ambos tuvimos que ceder frente al capricho infantil de la jovencita.
lunes, 15 de marzo de 2010
FUE UNA GRAN FIESTA.
Por Sergio Giral. A partir de un relato de Fernando Villaverde
Para escribir sobre “Fue una gran fiesta”, primero hay que escribir sobre sus autores, Miñuca y Fernando Villaverde, dos seres existenciales en medio de una revolución socialista. En el año 62, a mi regreso a Cuba de los Estados Unidos, fui a residir a Villa Miseria, una casona del Vedado donde el Instituto de Cine Cubano alojaba a cineastas sin hogar. Allí los conocí, ellos eran unos de los habitantes de la casona y logramos una buena amistad tanto humana como profesional . Eran momentos de romanticismo idealista y potente juventud. Al poco tiempo el matrimonio comprendió que el régimen nunca aceptaría su visión cinematográfica del momento. El Parque (1963), una mirada escéptica al Parque Central de la Habana; el corto dramático Elena (1964), que formaría parte de la triología “Un poco más de azul” y finalmente el largometraje, El Mar (1965), con guión y actuación estelar de la propia Miñuca. Ninguna de estas obras se exhibieron, fueron censuradas y condenadas al olvido.
En 1965, Miñuca y Fernando decidieron partir rumbo a Europa en un barco de carga, acompañados por su pequeño bebé, Viridiana. París los acogió en su trasnochada bohemia y más tarde el New York de los hippies, donde los dos artistas, ahora con otra hija, Paloma, continuaron su labor creativa, más allá de los rigores del exilio.
Durante su vida en New York nació “Fue una gran fiesta”, un homenaje existencial al erotismo y el amor desesperado.. ..“la reconstrution à faute d’ autre chose”, como dice la heroína de “Hiroshima Mom Amour”; la foto fija en el lugar de la imagen en movimiento, la palabra escrita en lugar de la dicha, el dibujo en lugar de la banda sonora. Así fue como nació, día a día, la historia de dos personajes perdidos y encontrados en una ciudad estratosférica, que permitía el acceso al libre albedrío y al desenfado imaginativo. “Yo compré rollos de fotografía….Tú, ocho kilos de spaghetti, pan mantequilla, vino y café”, cuenta la historia de los amantes sostenidos por el encuentro de una mirada en un momento intemporal. Amor, placer, angustia de la creación artística, banalidad femenina, celos, venganza y muerte son los ingredientes que hacen de esta fotopelícula una obra singular.
A través del lente de los Villaverdes se puede mirar impúdicamente sus cuerpos desnudos, entrelazados en una batalla sensual, sin la posibilidad de atrevernos a entrar. Es como si la escencia narrativa del libro estuviera proyectada en la gran pantalla y sus auténticos protagonistas se movieran fuera de ella misma, dándole una patada a la nostalgia. De hecho hay una entidad que casi nunca y en estos casos anda suelta del cine y la literatura, que es el exilio. En la escena final, el fotomatón no es solo un último acto de incomprensión y soledad, es la necesidad del artista de desnudarse y gritar en público: no tenemos motivos para animarnos y ser optimistas.
“Fue una gran fiesta” le echa mano a lo que tiene: la pluma, el lente, el pincel, a uno mismo, con la inconformidad de ser una foto recortada en la memoria. Miñuca y Fernando no pertenecen al tiempo histórico cronológico, porque con su obra han ingresado en la dimensión del mito.
Después de varios años viviendo en Miami, Miñuca y Fernando Villaverde residen hoy día en Barcelona, España y su libro fotopelícula "Fue una gran fiesta", New York 1969, se puede adquirir en Amazon.com.
viernes, 12 de marzo de 2010
Capítulo 13. "Blanco Lunar".
Ana Rosa Valdez.
Hace un poco de frío y la noche se ha puesto de gala, blanco lunar, estrellas ahogadas en la perplejidad del cielo. Marla escribe notas sueltas y su pelo golpea el viento; es tarde, quizás de madrugada, lleva puesto un abrigo gris con lunares oscuros y un pantaloncito verde incandescente. Definitivamente Marla no es glamorosa esta noche. Coge un par de sorbos de un cigarro que agoniza en su mano izquierda, abre dos o tres libros, y los deja ahí, abiertos, como esperando escuchar el prodigio de sus lecturas, pero nada, Marla sigue ahí, aspirando y exhalando humo, dibujando peces entre los escombros del humo, que casi la hace toser, aunque quizás sea el frío. Marla escribe sobre un grupo de jóvenes estudiantes de arte, a los cuales no da clases, y se siente ajena a ellos, es como si el no tenerlos sentados en las butacas implicara un alejamiento nocivo, algo con lo que no contaba al realizar sus primeras cavilaciones. Entonces se acuerda de Jeannie, la inmoral y seductora, pero es un pensamiento que sólo se permite un par de segundos, y luego continúa escarbando en su cabeza alguna idea confusa, la desenreda, o al menos eso intenta, y escribe con algo de incertidumbre. Ya es muy tarde cuando decide acostarse en la cama, son como las tres o las cuatro, no sabe bien, pero reconoce el cansancio en sus ojos, y maldice el horario matutino de sus clases... Es imposible dormir, hay tantas ideas que rondan sobre su frente, son insectos que carcomen su sueño, pájaros que se ocultan en el día para incomodar el nocturno descanso. Marla vuelve a pensar en Jeannie, pero esta vez se deja seducir, una vez más, por un par de recuerdos y la melancolía. Marla no ha escrito bien esta noche, pero no ha parado de teclear en su paleolítico computador una verdad que parece dolerle, una verdad que trasciende incluso las ediciones que ha publicado sobre el arte y sus aventuras. Marla sabe bien, Jeannie es una puerta que se ahoga, que se abre y que no es nada, o quizás es un fragmento de vacío, sí, un fragmento de nada, como un aliento áspero que reseca los labios, Jeannie es eso, una nada que persiste, y que atenta con volver a atormentarla al menos durante un par de semanas más, antes de que pueda terminar su ensayo sobre las prácticas artísticas de esos chicos.
jueves, 11 de marzo de 2010
DOS POEMAS DE FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER.
POEMAS
Una fuente sin fin que mana liquido
inmortal desde el cielo rebosante.
JOHN KEATS
Esencias que fluyen de ricos encantos
con suave tintineo o tropeles sones
amamantando nutricio magna de deleites,
deliciosos sonidos que recrean el pensamiento
de bardos que nutren desde los inicios
con verdaderos goces plenos de bellezas,
con musicales ecos que transcienden
en las profundas concavidades refulgentes
de generaciones de esenciales espíritus
esparciendo continua luz sobre almas
apresadas por fugacidad y penumbra
esencias inmortales de cielo rebosante.
EN ESTOS PÉRFIDOS TIEMPOS DE AÑAGAZAS
“¡Al poeta despídanlo!
No entra en el juego
se pasa el día cavilando.”
HEBERTO PADILLA
En estos pérfidos tiempos de añagazas
a velocidad de un vértigo que nos desgaja
nos rebanan la íntima critica sustancia
con descargas de cortante densidad,
con adecuados impactos que se sobreponen
a las respuestas de nuestras ansías
de conocer, de objetar, de interpretar
la música de los sentidos de las palabras.
En este espectral escenario sin sueños
no hay espacio para el improbable juego
de reflexionar sobre las artimañas
que producen los números de colores
que ficticiamente cobran añadidos valores
en bellos paneles de asépticos ejercicios
que opacan la sangre fértilmente derramada
de insignificantes y justos perdedores.
En estos tiempos difíciles sin alma
no hay hueco en los anaqueles para deudores,
para la cavilación de pausados insensatos
siempre intentando hallar el significado,
la esencia, en vez de aceptar el juego
que marca la inexorable y pétrea inercia
sólida base del perfecto mundo plano
donde tanto molesta las aristas de los poetas.
FRANCISCO JESÚS MUÑOZ SOLER: Es miembro de la Red Mundial de Escritores (REMES), del movimiento Poetas del mundo, también ha publicado en las Revistas de Literatura digitales Artepoética, Remolinos, Encontrarte, Cinosargo, Letras Nuevas, Palabras de Tramontana, Amigos de la Urraka, Divague, El Laberinto de Ariadna, Herederos del Caos, Perito, 40cheragh , Urraka Internacional, Es hora de Embriagarse, Voces de Hoy, Almiar/Mar de Poesías, Letras, Ariadna-RC Laberinto La Rosa Profunda, Nevando en la Guinea, Espíritu Literario, Laberinto de Torogaz, Pensamientos Likidos, Dulce Arsénico, Contra la Oscuridad, Buracos Quentes, Carrollera, Palabras Salvajes, Antaria, Mondo Kronhela, Efory Atocha, Álbum Nocturno, Imaginante, Poesimistas, Nueva Literatura, Antología Literaria Actual, La Botica, Radio Sentidos, Radio Web Mundial, Colectivo Clepsidra, Comunidad P. La Revista, Azul@rte, The Big Thimes, Isla Negra, Árbol invertido, Caminos de poesía, Papirolas, Arte pasión y locura, Plataforma Placa, Otros rincones, Letras de Chile, Realidad Literal, Literarte, Botella de Náufrago, Mis Poetas Contemporáneos, La Fábrica de Sombras, Anacleta, Sinalefa, Baquiana, Cañasanta.
Bibliografía:
2009- Restauración.
2009- La isla infinita.
2008- El sabor de las palabras.
2008- En tiempos de prodigios.
2007- Caminar para sentirme vivido.
2006- Áspero tránsito.
2000- Intentando conocer el mundo.
1998- Elijo mi libertad.
1998- La mágica unidad de mi vida.
1998- Veinticuatro poemas de amor.
1996- Frágil grandeza.
1987- El sentido de ser.
1983- Significación.
1980- Juventud primera.
"VAGABUNDO DEL ALBA". FAYAD JAMIS.
A Nicolás Guillén
La mañana pálida de París crece sobre mis hombros
después de la noche larga mi amor esta brisa
Las hojas color de miel del otoño deslizándose por las calles
en las aceras las hojas del otoño sobre la cabeza de los mendigos
Aún duermen una mujer se ha levantado ha recogido una boina
que había a los pies de un durmiente y le ha cubierto el rostro
La ternura de esa mujer debajo de los harapos negros
como la flor pálida del día como la paloma
que revolotea sobre el Sena de humo de cristal de plata
Así es aquí el amanecer yo te lo digo ahora que es otoño
así es el alba de la ciudad está muerta sus huesos pueden ser palpados
y nadie dirá nada los policías duermen sus orejas de corcho
las leyes duermen la miseria dormita yo camino camino
primer hombre de este nuevo día como si la ciudad fuera mi mujer
y yo la contemplara desnuda el cielo naciendo de su espalda
Así es París yo te lo digo a veces sueño que recorro un mundo muerto
después de la última bomba muerta hasta la esperanza
Yo no comprendo mucho pero me siento un poco Robinson Crusoë
Ronbinson de esta terrible hermosa grande ciudad que se llama París
Los gatos salen de todas partes buenos días los latones de basura están llenos
juguetes rotos frutas podridas trajes papeles desgarrados
papeles donde el olvido ha dejado su oscura cicatriz
El mundo la civilización todo eso ha muerto los gatos y yo sobrevivimos
Frente a uno de estos puentes escogeré mi casa
tal vez aquella de la cortina roja en la ventana
o la otra que avanza como si quisiera saludarme buenos días
Pero no es verdad detrás de todos esos muros grises hay hombres
que respiran roncan y sueñan
hombres que quizás recuerdan un grito perdido en el valle turquesa de los siglos
hombres que acaso están pensando en los nuevos modelos de automóviles
en su trabajo en el amor tal vez en la muerte
Aquella mancha negra que arrastra la corriente es un cartón
creía que era una tortuga creía que era un ahogado
y no más que un cartón a su alrededor flotan tres hojas
como tres corazones de miel tres cifras de otoño
Los árboles salen del río como el humo de los cigarros
Otra paloma revolotea su sombra blanca sobre el agua gris
Los urinarios tienen la belleza astuta de ciertas iglesias de Castilla
voy entregando en ellos para hacer algo mientras pienso
mientras camino mi amor es decir nadie en el mundo esas hojas
Los semáforos le dan paso a los gatos a la brisa
en la frente del día pálido estas luces de ámbar
Anoche hablaban de la guerra siempre de la guerra
cadáveres espuma de eternidad de cadáveres
pero no todos saben como es dulce la libertad por ejemplo a estas horas
en el carro blanco del lechero viene detrás de sus bestias blancas
Una muchacha de Israel me hablaba de la juventud de su país
ella no tiene religión ella ama París ella ama el mundo
mañana todos tendremos el mismo rostro de bronce y hablaremos la misma lengua
Mañana aunque usted no lo quiera señor general señor comerciante señor de espejuelos de alambre y ceniza
pronto la nueva vida el hombre nuevo levantarán sus ciudades
encima de vuestros huesos y los míos encima del polvo de Nötre-Dame
En la primera panadería que se abra compraré un gran pan
como hacía en mi país sólo que ahora no me acompañan mis amigos
y que ya no tengo veinte años
entonces hubiera visto todas esas sombras de otro color
Hubiera silbado hubiera arrastrado el recuerdo de una muchacha trigueña
En fin todas esas cosas se van quedando atrás
ahora es más importante trabajar para vivir
Algunos pájaros empiezan a cantar las hojas secas caen
Me voy alejando del río de las lanchas de los puentes blancos
parece que estos edificios fueran a caer sobre mi cabeza
se van volviendo gibosos al paso de los siglos
la rue du Chat-qui-Pêche me hace imaginar historias terribles
Pero es mejor continuar es el alba es el alba
las manos en los bolsillos proseguir proseguir
Dos carniceros dan hachazos en la mitad de una res
eso no es nada divertido y sin embargo me gusta mirar
mi alma es aún un poco carnicera estamos en 1956
Mañana quizás no será así quizás no habrá carniceros ni verdugos
mi corazón un poco verdugo y un poco ahorcado
tu corazón tu corazón serán polvo agua viento
para los nuevos girasoles
cada semilla como una abeja dormida
El día pálido era blanco ahora amarillea
algunas chimeneas parece que fueran a encenderse
Pasa un soldado con una maleta enorme
rombo a la gare de Lyon rumbo a Egipto la muerte
Pasa una mujer en bicicleta ella va a su trabajo
cuando el sol está a la altura de las rodillas como el trigo
todos los días ella va a su trabajo toda la vida
Pasa un camión cargado de vino de estrépito de alba
Ya estoy en el boulevard Saint-Germain miro las vitrinas de las librerías
Algún día compraré un buen diccionario las obras completas de Rimbaud
muchos libros mejor es no hablar de ello
Por todas parte hay mendigos aquél parece un niño
entre su cabeza y el cemento de la acera no hay más que una lámina helada
Tengo ganas de tomarme un café con leche tengo hambre y sed
el alba amarilla tiene un mal sabor en mi boca
París comienza a despertar ya no soy un Robinson
más bien un extranjero más bien un fantasma
más bien un hombre que no ha dormido
vagabundo de la ciudad el otoño y el alba
mientras mi amor ha de estar mirando las cumbres del Perú
o el cielo esmaltado de China
yo no lo sé mis pies se cansan eso es todo eso es todo
Después de haber amado vivir el nuevo día
es hermoso
En la ciudad y el corazón arde la misma llama
París, septiembre 16 de 1956
domingo, 7 de marzo de 2010
CUANDO MAGGIE CHEUNG SE PUSO A CANTAR.
Magdiel Aspillaga.
Cuando Maggie Cheung se puso a cantar se sentía de vidrio y cartulina con el mismo pelo negro de siempre, a veces yo la veo tranquila y serena, como esperando a alguien. Maggie Cheung es linda y lo sabe y va a dejar de ser ella misma cuando prefiera, porque así son las actrices, comparan y mienten todo el tiempo, asemejan a alguien que debió ser o alguien que debió venir, o alguien que está por venir y que va a llegar como un personaje de una película francesa de los sesenta con el sobretodo mojado, dejando el paraguas en la esquina y diciendo – Todo el día es aterrador y voy a morir-. Cuando Maggie Cheung se puso a cantar yo por supuesto traté de cantar un poco mas alto y pararme a su lado y decirle –Oye que volá- Me estás mirando- Pero ella me ignoraba mientras caminada en busca de noodles todo el tiempo, trataba de volver a acercarme pero cuando ves a una actriz llorando y con tristeza mejor sigue de largo, muy posible que esté ensayando, ella camina bajo la lluvia y se moja suavemente, -así son las actrices- me dicen mis amigos, no le hagas caso, vas a dejar los pistones en el piso, pero uno es testarudo y mucho más si se trata de una china. Maggie Cheung es de un tiempo que no es el mismo tiempo de mucha gente, a lo mejor ni el mismo que el mío, ella y yo no somos contemporáneos, suele suceder. El día que José Martí iba a morir no existía U2. Martí no es contemporáneo con U2. Maggie Cheung cantaba Walk on de U2 el día que mataron a Martí, y vino un vampiro oscuro de algún filme de Murnau y me preguntó –¿ Oye tú conoces a ese hombre?- y yo le hice la historia y le dije que era el apóstol de mi pueblo que es un pueblo parecido al pueblo judío y el vampiro de Murnau se sentó a mi lado y me brindó una cerveza muy túpida de espuma – Hola no me había presentado soy un vampiro y trabajo en las películas de Friedrich Wilhelm Murnau - y de pronto se puso a llorar – Estoy bien-me dijo- es que se me han mezclado U2 con ese hombre muriendo- y yo le dije que estuviera tranquilo que no me gustaba ver a un hombre o mejor (a un vampiro) llorando y el se ajustó su capa alta roída con un gesto aristocrático totalmente desconocido para mí y tarareo tratando de imitar a Maggie Cheung y a Bono a la misma vez……And love is not the easy thing the only baggage you can bring... Y el apóstol atravesaba la madeja de humo y de hierba, atravesaba a Cuba completa que dormía y no sabía que el moría por ella, porque Cuba es un cocodrilo verde sobre el mar de las Antillas y nada más, eso y un nombre pequeño en algún lugar del mapamundi, donde dejamos amigos, donde está la familia, donde jugamos y nos dijeron que un día que canto Maggie Cheung murió un hombre por la libertad, por eso en lo que Martí corría a su muerte, el vampiro de Murnau lloraba y yo no sabía que hacer solo tenía ganas de que terminara esa escena. Maggie hace silencio y sin embargo se sigue oyendo su voz NO HAY BANDA… ha comprendido lo turbio y lo bello de la vida, lo infinito de vivir en este planeta poblado de tractores y establecimientos matutinos… Martí a caballo, yo en una esquina sentado y temeroso, hablando de cine con un vampiro expresionista alemán. Walk on walk on… y un disparo, hombre al sol y una china con tristeza. Salgo y trato de olvidarlo todo, me lo han estado repitiendo desde primer grado, han exhibido la muerte de Marti en toda la iconografía posible de un país en una supuesta y falsa instantánea de su muerte, del exacto momento de su caída como si hubiera estado allí un fotoreportero dispuesto a tomarla. El vampiro de Murnau se levanta y se aleja -no me gusta ver como muere un hombre- no me gusta la violencia- y se arropa en su sobretodo alejándose recortado contra la luz central de un escenario mientras Maggie Cheung sigue cantando, y el filme y la vida y la muerte siguen rodando 24 o 30 cuadros por segundo. Cuando Maggie Cheung se puso a cantar yo decidí volverme sobre mi tristeza a mi cabeza y arrancarme, como un Farabeuf autorizado, definitivamente algún pedazo, como alguien que tratara de cantar más alto que ella y erizar a la gente y subir y subir y caer y nuevamente convencerme absolutamente de que la vida es como una película, una proyección constante que incomoda, tu propia cinta privada exhibida ante la gente quieras tú o no…
…el apóstol se levantó de su muerte estando vivo, y yo lo miraba sentado en la butaca en lo que subían los créditos con el pecho un poco apretado que más, y le di un abrazo emocionado, emocionado…
viernes, 5 de marzo de 2010
CONCIERTO DE ACORDEÓN EN EROS MAYOR
Julie De Grandy
El punzante aroma de tu presencia llega hasta el rincón oscuro donde yace acurrucado. Soñoliento, respira suavemente los misterios de vuestro inminente encuentro. Sabe a qué vienes y comienzan a despertar sus sutiles deseos de complacerte. Sus ansías silenciosas saludan a tus ganas de poseerlo. Lo tomas entre tus suaves manos y sumiso se deja comprimir contra tus mullidos pechos, colgándose en tu cuello. Allí, empieza a sentir los latidos que le traspasan todo el calor de tu piel.
Con delicadeza, tus finos dedos se van colocando sobre cada uno de sus puntos neurálgicos, de sus teclas diminutas; que sabrás pulsar, acariciar y apretar en el justo momento y con la adecuada presión. Pero ambos saben que sin ella no pueden llegar a ser sonido que escala a concierto; sin ella no existen. Y con reverencia, abren los corazones y la llaman. Ella, tímida y sensual, lentamente accede a la unión.
Ambos piensan que les pertenece. El cree que vive en su profunda cavidad dilatable y tú – impenitente - crees que pertenece al capricho de tu mente y al talento albergado en tu cuerpo. Pero ella es suya, princesa y odalisca, que se sabe deseada. Hoy se siente excitada y magnánima; accediendo grácilmente a otorgar favores y caprichos. Entonces, con su beneplácito y desnuda presencia, comienza el concierto en un unísono y delicado ménage à trois.
Pulsas, estiras, aprietas, comprimes; mientras él obedece: se abre y se pliega. Ella musa melódica, coqueta y pizpireta, se deja poseer por ambos. Se expande, se desliza, suspira… seducida por los suaves preludios que la mecen. Mientras tu energía palpita en staccato, escalando piano-piano hacia un crescendo en repetidas idas y vueltas. Ella se embriaga por tu tacto, flotando por su fuelle, se evapora por los aires y viaja por las calles antiguas de París. Con los ojos cerrados, los tres se mecen, sienten, se saborean, se palpan, se confabulan, se tornan uno, eternos amantes, cómplices del apasionado concierto. Tú, él y ella, espantando pájaros de los árboles, abriendo las ventanas de los voyeurs, cerrando las de los reprimidos.
Y se escucha el allegro forte, fortísimo, camino al calderón de donde brota la fuga de jadeantes resonancias que los elevan, fundidos, hacia el triunfal acorde final.
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