viernes, 29 de julio de 2011
"UNA VEZ AL MES..."
Griselda Ortiz
Yo podría ser una asesina en serie. Ganas no me faltan y la idea de matar con cierto método, con frialdad, debo confesar que me seduce. Con estilo nórdico, como noruego. Nada de la onda tropical del crimen pasional: “a él no, José Dolores a ella, a ella”. Nada de escándalo o chusmería. Todo frío, quirúrgico. Tengo hasta la justificación de la infancia mala y todo. Un hogar destruido, falta de cariño, una sociedad opresiva, casi me viola un tío, gritería, violencia visual, colectiva, explícita, implícita.
Si me cogen -que no creo, aprendí, eso sí muy bien, a simular, aparentar, hacerme la buena, la ejemplar, en el caso improbable de que me cojan, seguro me mandarán para un buen manicomio con aire acondicionado e Internet (eso no me puede faltar).
Mataría a unos cuantos, no muchos que no hay que exagerar, pero con preferencia un número impar.
Once. Veintiuno. Gente específica no, al azar, y un ejemplar por cada tipo de gente que detesto: un hipócrita, una mala madre, un abusador de animales, un golpeador de mujeres, un censor, un chulo, un capo de la droga, un alardoso, un cura pederastra, un viejo libidinoso, un… Creo que voy a tener que subir a treinta y cinco. Haría un plancito de trabajo organizado porque a veces voy a necesitar trasladarme, comprar algunos materiales dependiendo del tipo y locación de la matadera en sí. Rollos de nailon, guantes, armas blancas, matacucarachas, soga, bastante soga o el hilito finito transparente ese que se ve en las películas. Pistolas no, el ruido me atormenta y voy a necesitar algo que los duerma porque no quiero estar lidiando con quejas y mucho menos con súplicas o arrepentimientos .
Mataría sin piedad y con riqueza. Cada asesinado con su estilo. Lo único en serie, sistemático sería el acto de asesinar en sí, pero no un patrón que se repita para que estén diciendo en la prensa “la asesina de la soga” o “la carnicera del South West”. Quiero originalidad, y sorprender, yo quiero sorprender. No quiero ser una asesina en serie de los que dejan una marca o un caracolito o pintan una cosita, mandan acertijos a los periódicos. No. Cada muerte, un planteamiento nuevo, diferente, fresco.
Sí, yo podría ser una asesina en serie. Me gusta la idea. Me está encantando la idea de una vez al mes salir y matar a alguien.
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